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Sábado 17 de enero de 2015 
El Mercurio
Columna de opinión: Chile en el Consejo de Seguridad
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Este enero, Chile preside por octava vez el Consejo de Seguridad, un órgano clave del sistema de Naciones Unidas, al ser el principal responsable de velar por el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

Nuestra participación en el Consejo —que, luego del año pasado, se extenderá por todo 2015— responde a nuestra vocación de cumplir con las obligaciones que entraña la pertenencia a la comunidad internacional y a las instituciones que se ha dado para el entendimiento universal. Chile es un país serio constructivo, cuyas opiniones son respetadas y valoradas, y que, desde la recuperación de la democracia, ha retomado un papel destacado en el sistema multilateral.

Desde la presidencia del Consejo estamos promoviendo una agenda con ideas para fortalecer la acción de Naciones Unidas en sus tres pilares: paz y seguridad, derechos humanos y desarrollo. Durante este mes de presidencia, realizaremos tres debates abiertos: Desarrollo Inclusivo para el Mantenimiento de la Paz y la Seguridad Internacional, que será presidido por la Presidenta Michelle Bachelet; Medio Oriente y Protección de Civiles, así como un briefing sobre consolidación de la paz, que se llevó a cabo el jueves y que presidí en mi calidad de canciller.

En todas estas actividades, y especialmente en la que encabezará la Presidenta de la República el lunes 19, Chile quiere destacar una mirada integral sobre las crisis y el modo de resolverlas. Creemos que tanto en la prevención y la resolución de los conflictos, así como en su tratamiento posterior hay que abordar sus causales subyacentes.

Es la única manera de prevenir que vuelvan a desencadenarse y, por lo mismo, el mejor modo de prevenir y de preservar la paz en comunidades cuyas fracturas existen desde antes del estallido de violencia.

Tensiones socioeconómicas, de género étnicas, tribales, religiosas e ideológicas ponen en tensión la legitimidad de Estados nacionales y quebrantan la gobernabilidad.

Chile sostiene que es necesario salir al paso de los conflictos internos antes que estos amenacen la paz y la seguridad internacionales y, por otro lado, promover proactivamente sociedades estables. Y para ello es preciso abordar, desde una perspectiva integral, los conflictos que las afectan. Las causas de la marginación de grupos sociales pueden ser muy diversas; pero es claro que, en ambientes donde reinan la discriminación y exclusión sistemáticas, es más fácil que se produzca una radicalización que desemboque en violencia y terrorismo.

Una sociedad inclusiva es aquella que supera las diferencias de geografía, raza género, clase y generación. Una sociedad capaz de construir, más allá de esas diferencias, igualdad de oportunidades para todos. Este es el gran tema que queremos instalar durante nuestra presidencia: enfatizar la importancia de la inclusión (territorial, nacional, étnica, social, de género, económica y cultural) en la estabilidad política, la gobernabilidad democrática, la protección de los derechos humanos, el desarrollo y la integridad territorial de los Estados. Al mismo tiempo, la voluntad de construir una sociedad inclusiva es un compromiso ético y político.

Aspiramos a fortalecer el papel del sistema de Naciones Unidas para apoyar estrategias de desarrollo inclusivo, incluyendo tanto la Comisión de Consolidación de la Paz como las organizaciones regionales; y queremos también abrir la discusión sobre cómo los métodos de trabajo del Consejo de Seguridad pueden ser utilizados para asegurar que este sea informado de las situaciones graves de exclusión que tengan o puedan tener, el potencial de impactar la paz y la seguridad internacionales.

Finalmente, la presidencia de Chile en el Consejo de Seguridad ofrece una oportunidad a nuestro país para hacer una contribución a la operatividad del sistema internacional, promoviendo soluciones concretas basadas en los principios y valores que inspiran nuestra política exterior. En este marco, queremos resaltar también una de las preocupaciones que hemos manifestado en todo este período: la importancia de la participación de las mujeres en los procesos post-conflicto, así como la necesidad de velar por su protección y la de los niños tanto en situaciones de enfrentamiento como en el afianzamiento de la paz.

Chile promueve que el Consejo de Seguridad, en el marco de sus responsabilidades, actúe con coherencia y coordinación dentro del sistema e incorpore visiones inclusivas que le permitan evaluar las causas subyacentes de los conflictos y sugerir medidas correctivas, atendiendo los contextos regionales y preservando los principios rectores de la Carta y del Derecho Internacional.